Durante los años de colonización holandesa, la conocida como Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales llegó a exóticas tierras de todo el mundo, entre ellas a Sudamérica o África del Sur. Nuevos lugares cuya basta naturaleza ofrecía ínfimas posibilidades a la hora de analizar y estudiar diversos tipos de plantas que los holandeses fueron acumulando en el Hortus Botanicus, el jardín botánico de Ámsterdam y uno de los más antiguos de Europa.
Hortus Botanicus: el jardín tropical de Ámsterdam
En el siglo XVII, la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (o VOC, acrónimo de Vereenigde Oostindische Compagnie) nació como resultado de un poder concedido por los Estados Generales de los Países Bajos para explotar diferentes países de Asia durante 21 años. La primera multinacional oficial del mundo no solo tomó Indonesia, sino que también expandió su imperio en lugares como Ceilán (la actual Sri Lanka) o el estado de Kerala, en la India. Todo ello sin contar los territorios que Holanda ya poseía en territorio americano como la Guyana, o también su dominio en la actual Sudáfrica.
Países exóticos cuya flora y fauna eran completamente diferentes a las conocidas en Europa. Orquídeas, plantas de café o palmas cuyas semillas llegaron de forma masiva a Ámsterdam siendo acumuladas en un jardín que en 1638 daría lugar a la inauguración del Hortus Botanicus, el jardín botánico de la capital holandesa y también uno de los más antiguos de todo el continente europeo.
Una exuberante colección en la que encontraron especímenes como la Coffea arabica, planta de café endémica de Centroamérica y la primera de su naturaleza que fue cultivada en Europa. Un ejemplo del motor económico que para la VOC suponía la apropiación de plantas y cultivos de países extranjeros, ya que la posibilidad de repoblar otros bajo su dominio aseguraba cuantiosos beneficios. Para ejemplo, las macetas de palma de aceite traídas de Isla Mauricio y con las que consiguieron repoblar media Indonesia extendiendo la actividad del aceite y llenando sus arcas de ingresos.
El Hortus Botanicus suponía el centro de estudio a la hora de perfilar la siguiente estrategia económica pero también extraer nuevas investigaciones con fines médicos y terapéuticos. Un mosaico de diferentes ecosistemas atrapados en el corazón de Occidente hasta una actualidad en la que el Hortus Botanicus supone uno de los lugares más curiosos a vuestro paso por la ciudad de Ámsterdam.
Hortus Botanicus: explorando una Holanda tropical
Con 1,2 hectáreas de extensión, el Hortus Botanicus se ubica en el barrio de Plantage, en el corazón de Ámsterdam y no lejos del Tropenmuseum o el Artis Royal Zoo, el primer zoológico de Holanda y visita ideal a recomendar si viajáis con los más pequeños.
El jardín se compone de diferentes zonas, de las cuales la más destacaca es la que abarca los diferentes invernaderos. La trinidad formada por los Tres Invernaderos Climáticos engloba tres estancias diferentes que acogen plantan de clima tropical, subtropical y desértico, cada una acondicionada según el clima y las condiciones de los países de origen. A su vez, el Invernadero de la Palma es algo así como un monumento en sí, diseñado en 1911 por el arquitecto Johan Melchior y cuna de una de las mayores colecciones de cycas de Europa, además de otras especies de palmera. Un relajante paseo que culmina con el colorido del Invernadero de las Mariposas, lugar donde se reúne una de las mayores colecciones de mariposas del mundo, junto con la planta de café que acuñó gran parte de la fama de este jardín.
En los jardines del Hortus Botanicus se acumulan hasta 800 especies de plantas anotadas por Johannes Snippendaal, director del jardín en 1646, mientras Victoria, un enorme nenúfar del Amazonas, es cultivada en un lago cuyo encanto floral evoca el arte de los holandeses para el paisajismo y las flores.
El Invernadero de las Semillas o el Laboratorio de Hugo de Vries, director del jardín a finales del siglo XIX y uno de los principales descubridores del poder genético de muchas de las plantas del Hortus, se convierten en otros de los obligados a visitar durante vuestro recorrido.
El Hortus Botanicus abre sus puertas todos los días de la semana de 10 de la mañana a 5 de la tarde.
El precio de la entrada es de 9 euros para adultos y 5 para visitantes cuyas edades comprendan entre los 5 y 14 años.
Un pequeño paraíso tropical en el corazón de la ciudad de los canales que no te puedes perder.
¿Te animas a perderte en el trópico holandés?