Durante la Segunda Guerra Mundial, Ámsterdam fue una de las ciudades más maltratadas por las opresoras tropas de la Alemania nazi que perseguían a la población judía. Cinco años convulsos recogidos a la perfección en el Museo de la Resistencia, espacio idóneo para todos aquellos amantes de la historia y, en concreto, del que fue el episodio más oscuros de Occidente de todo el siglo XX. ¿Nos acompañas?
Ámsterdam en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial
Durante el siglo XVII, el conocido como «siglo de oro neerlandés», numerosos judíos procedentes de Portugal y España llegaron a Ámsterdam en busca de una mejor vida estableciéndose en el conocido como Barrio Cultural Judío, donde desempeñaron el arte de tallar piedras preciosas. Una comunidad que creció de forma desmesurada durante las siguientes décadas hasta coincidir con el que sería el episodio más infame de la historia del viejo continente en el siglo XX: la Segunda Guerra Mundial.
En mayo de 1940, las tropas nazis irrumpieron en Ámsterdam dispuestos a cumplir su principal objetivo: la deportación de los numerosos judíos a campos de trabajo. Tiempos en los que la población judía debían lucir la estrella de la vergüenza y verse destituidos de sus cargos diplomáticos o empresariales. De todos ellos, la más famosa fue Ana Frank, la famosa niña de trece años que relató parte de esta pesadilla a través de las páginas de su diario durante el tiempo que permaneció oculta en un refugio junto a su familia, concretamente desde el 9 de julio de 1942 hasta el 4 de agosto de 1944. Finalmente, los Frank fueron descubiertos y enviados a diversos campos de concentración, siendo Otto Frank el único superviviente de la catástrofe.
Sin embargo, la famosa niña que dio a descubrir los horrores de este episodio no fue la única que sufrió las consecuencias. De hecho, se estima que para 1943, 34.000 judíos holandeses ya habían sido enviados al campo de exterminio de Sobibor en Polonia, siendo 102.000 los judíos holandeses que murieron para cuando la Segunda Guerra Mundial hubo terminado. Años en los que el propio pueblo neerlandés trató de colaborar realizando labores de espionaje para los Aliados, ocultando a personas en lugares secretos o bien ayudándolas a salir del país.
Una realidad que la ciudad de Ámsterdam había tardado en cimentar en forma de monumento hasta la apertura del Museo de la Resistencia, espacio que trata de honrar a todas aquellas personas que perecieron durante el asalto a la ciudad.
Museo de la Resistencia: la historia que no conocías
Conocido como Verzetsmuseum, el Museo de la Resistencia fue inaugurado en Plantage Kerklaan en 1999 tras numerosos debates en torno a la ética de abrir un espacio como este. Un lugar en el que el visitante puede sumergirse en este aspecto de la ciudad aún no tan descubierto por el mundo más allá del diario de Ana Frank.
A lo largo de vuestra visita al Museo de la Resistencia podréis contemplar algunos de los objetos, utensilios y fotografías que ilustran esta época de la ciudad de Ámsterdam. A su vez, se incluyen numerosos documentos y, especialmente, vídeos y grabaciones extraídas de los años 40 que producirán en el visitante un nudo en la garganta, uno que responde a los horrores que el ser humano puede cometer con miembros de su propia especie.
También se incluye una curiosa réplica de un hogar judío en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial y sus formas de defender o protegerse de los enemigos. Una verdadera máquina del tiempo que nos transporta ochenta años atrás a fin de que podamos ser testigos de esa otra realidad que la historia había tardado en dar a conocer al mundo.
El Museo de la Resistencia abre todos los días de la semana desde las 10:00 hasta las 17:00 horas, incluyendo los siguientes precios:
Adultos: 16,50€.
Estudiantes: 8,25€.
Menores de 4 años: entrada gratuita.
I Amsterdam Card: entrada gratuita.
La mejor forma de llegar hasta el Museo de la Resistencia 9 y 14 de metro con parada en la estación Plantage Kerklaan.
A su vez, la entrada al museo incluye la visita a otros dos lugares de gran interés para los amantes de la historia: la sinagoga portuguesa de Ámsterdam y el Museo de la Historia Judía.
Sinagoga portuguesa
La sinagoga se encuentra en el propio Plantage y evoca el esplendor de la vida de los judíos en a partir de 1671, fecha en la fue inaugurada. De hecho, se trata de la sinagoga más antigua de Europa, pequeña pero acogedora, de grandes lámparas y una ausencia de electricidad que la permite brillar tan solo con luz natural. Se dice que la misma está inspirada en el Templo de Salomón.
Al entrar en el edificio existen diversas audioguías ideales para el visitante que quiera conocer más de cerca las prácticas y la vida de la población judía durante sus siglos en la ciudad y, especialmente, a lo largo de los cinco años de ocupación nazi en Ámsterdam.
Si preferís ir por libre a la sinagoga portuguesa, los horarios de la misma son iguales a los de el Museo de la Resistencia, de 10:00 a 17:00 horas. Estos son los precios de las entradas:
Adultos: € 15
Niños y adolescentes de 13-17 años: € 7.50
Niños y adolescentes de 6-12 años: € 3.75
Niños menores de 6 años: Gratis.
Museo de la Historia Judía
En este museo, situado a pocos metros de la sinagoga portuguesa, el visitante puede descubrir de cerca la historia de los judíos que llegaron desde Portugal a partir del siglo XVI. El espacio incluye diferentes exposiciones de arte judío además de otras que no tienen por qué ver directamente con esta religión. Al igual que en los dos anteriores monumentos, podréis haceros con una audioguía que os explicará los diferentes aspectos de la vida, actividad y también sufrimiento de este pueblo durante el siglo XX.
El horario del Museo de la Historia Judía abre todos los días de 11:00 a 17:00 y estos son los precios de las entradas:
Adultos: € 15
Niños y adolescentes de 13-17 años: € 7.50
Niños y adolescentes de 6-12 años: € 3.75
Niños menores de 6 años: Gratis
¿Te gustaría conocer el Museo de la Resistencia de Ámsterdam?