La costa holandesa es uno de esos lugares que incitan a perderse por pueblecitos pescadores colmados de gaviotas y barcas de colores. Pero posiblemente, de todos ellos el más recomendable sea Marken, ubicado a pocos kilómetros de Ámsterdam y junto a Volendam. Una parada obligatoria para todos aquellos amantes del mar y el costumbrismo que quedarán seducidos al saber todo lo que hay que ver en Marken.
Marken: historia de un pueblo de cuento
Algunos lugares del mundo arrastran consigo historias épicas, y en el caso de Marken, la suya es una de ellas. Ejemplo de la obra de ingeniería que supuso unir un lugar aislado en mitad del lago Ijssel, en el actual municipio de Waterland, con el resto de la península holandesa, Marken siempre fue una isla a la que una vez, en algún momento del siglo XIII, llegó un grupo de sacerdotes.
Nómadas que durante año vivieron cultivando la tierra y pescando en el mar atrayendo a más ciudadanos que no dudaron en instalarse sin importarles que las constantes inundaciones comenzasen a consumir este pedazo de tierra. De hecho, durante la Edad Media más de un tercio de la isla fue consumido por las aguas,con ejemplos como el bastión medieval que aún hoy yace en las profundidades del lago. A fin de poder convivir con las fuerzas de la naturaleza, los habitantes de Marken construyeron palafitos de madera en las elevaciones de la isla que permitían controlar las corrientes y mantenerse a salvo.
Durante años, especialmente a finales del siglo XIX y principios del XX, Marken llamó la atención de folcloristas e investigadores que concebían este pequeño reducto como uno de esos pocos lugares que aún conservaban el verdadero encanto de una cultura holandesa influenciada por países extranjeros. De hecho, pintores locales como Xavier Mellery pasaron varias semanas en esta localidad admirando e ilustrando parte de su encanto.
Finalmente, en 1957, se construyó un dique que permitió unir Marken con el resto de Holanda a través de una carretera, momento a partir del cual fue considerado como península en vez de isla hasta nuestros días.
Con el paso del tiempo, Marken ha pasado a ser un patrimonio nacional holandés del que sentirse orgulloso. Una población superviviente que ha convertido este pueblecito a 20 kilómetros al noroeste de Ámsterdam y no lejos de Volendam, ciudad situada en la otra orilla del lago Ijssel, en todo un clásico.
Un pueblo de cuento que bien merece la pena de visitar si os encontráis en algunas de las dos ciudades anteriores y buscáis relajaros en tan contemplativo escenario, entre callejuelas secretas, puertos bulliciosos y ovejas paciendo en mitad de las colinas.
Qué ver en Marken
Cuando uno llega a Marken tiene la sensación de haber entrado en una película de Disney a juzgar por los contrastes que ofrece la isla: bandadas de gaviotas planeando sobre las aguas, caballos que asoman sus hocicos desde granjas cercanas y casitas de colores aglutinadas en una colina y asomadas a un puerto que representa la tradición de esa Holanda costera y mágica con la que soñamos.
A diferencia de otros lugares donde llevar un mapa de atracciones turísticas a visitar es algo más obvio e incluso necesario, Marken invita al recién llegado a perderse por sus casitas típicas, degustar un plato de pescado frito en sus tabernas o sentarse frente al mar en el coqueto puerto de Marken a contemplar el panorama.
Así es un lugar que combina lo mejor de la Holanda tradicional con la moderna, ofreciendo algunos lugares de recomendable visita como su museo, el cual narra en imágenes y piezas la historia de la isla, o The Clog Experience, una tienda donde podréis asistir a la tradición y creación de los famosos zuecos holandeses. Otros lugares de interés son su factoría de quesos o la réplica de una típica casa de Marken ubicada en el 22 de Haavenburt. Una pequeña vivienda cargada de historia que nos aproxima al modo de vida de los antiguos pescadores de la isla.
Para quienes busquen ir más allá, otro de los iconos de la isla es su famoso faro, también conocido como Paard van Marken, al cual se llega desde el centro del pueblo a lo largo de 3 kilómetros que podréis recorrer en apenas 40 minutos. Al final de la deliciosa senda que surca Marken podréis deleitaros con este ejemplo de arquitectura isleña desde el que obtendréis unas vistas del pueblo alucinantes.
Cómo llegar a Marken
Marken es una visita ideal con la que complementar vuestra estancia en Ámsterdam o Volendam. De hecho, si os encontráis en Ámsterdam, existen varias formas de llegar a la isla. Una de ellas, consistiría en tomar un autobús en la Estación Central de Ámsterdam con un billete de 8 euros. Sino, siempre podéis tomar un coche de alquiler a la hora de experimentar por vosotros mismos la experiencia que supone a travesar el famoso dique que conecta la isla con el resto de la península.
Si preferís enlazar Ámsterdam con Volendam antes de visitar Marken, siempre podéis optar por una ruta de 16 kilómetros que bordea el lago hasta alcanzar la carretera del dique, o bien tomar un ferry que conecta Volendam y Marken a través de un trayecto de tan solo 4 kilómetros de distancia. Existe un nuevo trayecto en ferry cada media hora y, generalmente, el servicio queda abierto entre mediados del mes de marzo y noviembre, meses de buen tiempo y más afluencia turística en los que las aguas están más tranquilas.
Si, en vuestro caso, preferís buscar alojamiento en Marken, existen algunas opciones que os permitirán disfrutar de ese «turismo lento» al que invita este pueblo en donde algunas noches se creen que aparecen sirenas y la tranquilidad de un panorama idílico se cuela entre sus casas y barcas.
¿Te gustaría visitar Marken? ¿Has estado ya?