Heineken Experience en Ámsterdam

Heineken Experience en Ámsterdam

Fotografría: Musement

Si os gusta la cerveza, Ámsterdam es vuestra ciudad. Y no solo por el hecho de que en la capital holandesa se sirvan cervezas de todo tipo, sino porque existe un lugar llamado Heineken Experience en Ámsterdam convertido en todo un parque temático para los amantes del «zumo de cebada». Para ellos. . . y para quien busque atracciones diferentes e interactivas en el corazón de la ciudad de los canales. ¿Te vienes a tomarte un trago?

Breve historia de Heineken Experience en Ámsterdam

Heineken Experience en Ámsterdam

En el 78 de Stadhouderskade, frente al canal, existe una «fábrica» que, a pesar de lucir un aspecto diferente al de antaño, todavía conserva la esencia y el espíritu de aquel hombre llamado Gerar Adriaan Heineken que una vez decidió elaborar la cerveza más famosa del mundo. Fue en 1873, año en el que Heineken se instaló en este lugar en el corazón de Ámsterdam para inaugurar la destilaría en la que consagraría su gran creación.

Solo le hizo falta utilizar agua purificada, cebada malteada, lúpulo y levadura para dar vida a su cerveza, salvo que seria este último ingrediente, la levadura de tipo «A» aportada por el doctor H. Elion lo que permitió marcar la diferencia a la hora de convertir la Heineken en una de las cervezas más galardonadas y consumidas del planeta a lo largo del siglo XX.

Con el paso del tiempo, la principal destilería sería trasladada a las afueras de Ámsterdam, dejando la fábrica de Ámsterdam como terreno a explorar en el mundo del entretenimiento. En 1991, los primeros visitantes llegaron a la fábrica tratando de descubrir los secretos del proceso de elaboración de la famosa cerveza, un filón que se consagraría en 2001, año en el que el Museo Heineken cambió al nombre de Heineken Experience.

El objetivo desde el primer momento no fue otro que reconciliar al visitante con una elaboración de la cerveza que supone viajar en el tiempo, oler, sentir, tocar los elementos que conforman esta bebida convertida ya en todo un icono.

Tras una remodelación que permitió volver a abrir las puertas del centro en 2008, Heineken Experiencia también pasó a formar parte de  la Ruta del Patrimonio Industrial Europeo (ERIH), la cual engloba hasta 845 locales de 29 países diferentes. De forma paralela, el complejo pasó a convertirse rápidamente en uno de los lugares más visitados de la ciudad de Ámsterdam.

Un ejemplo del alcance que este centro de la cultura y el entretenimiento ha alcanzado durante los últimos años. Y es que Heineken Experience es algo más que un museo; un mundo paralelo en el que interactuar con la historia y el tiempo desde todas las perspectivas posibles.

Porque sí, Heineken está en todo y sabe cómo complacerte, te guste o no la cerveza.

Explorando la Heineken Experience en Ámsterdam

Heineken Amsterdam

Fotografía: María Eklind

Una vez nos aproximamos a Heineken Experience podemos palpar esa sensación de que, en algún momento, penetraremos en un mundo diferente. Tras pasar la recepción del centro, los típicos photocalls en forma de nobles holandeses con cerveza en mano invitan al visitante a tomarse una fotografía antes de desfilar por las galerías donde los caballos que ayudaron a transportar los carros cargados de botellas aún lucen en su establos y las enormes tinajas contienen una cerveza mítica en plena fermentación.

A lo largo de la visita de Heineken Experience no solo podréis tomaros una, o dos, o tres cervezas en las diferentes barras futuristas que encontraréis, sino también asistir a vídeos explicativos del proceso de elaboración en 4D y mientras os salpica la propia cerveza en la ropa. El lugar incluye diferentes lounges en los que poder relajarse, escuchar música y decidirse a continuar la aventura a través de los secretos del tito Heineken, sintiéndote una botella de cerveza en una de las salas o buscando por el suelo los pins que se les caen a los demás visitantes y que puedes intercambiar por cervezas.

Un ambiente fresco y dinámico donde todo consiste en una ruta en la que nunca sabes qué es lo que te depara en la siguiente etapa mientras la música electrónica sigue sonando en entornos entre oscuros y verdes, iluminados por los neones.

En algunas ocasiones, el recorrido por Heineken Experience termina en una fiesta en la terraza en la podréis ser testigos del ambiente de la ciudad. Otras, como sucedió en mi caso, te llevan en un pequeño barco a través de los canales hasta depositarte en una tienda de souvenirs de Heineken donde, al menos, te podrás llevar un llavero de regalo y muchas cervezas por el camino.

Al igual que otros museos de la cerveza como el de Guiness, en Irlanda, Heineken Experience apuesta por envolver la típica clase de historia en un papel de regalo atractivo e interactivo, totalmente adaptado a unos nuevos tiempos en los que innovar es más prioritario que nunca.

En caso de que queráis asistir a Heineken Experience, estos son los precios de las entradas:

Adultos: 18 euros.
Jóvenes de 12 a 17 años: 14,50 euros.
Menores de 11 años: entrada gratuita.
I Ámsterdam Card: 25% de descuento en el precio de la entrada.

Aunque el verano puede ser la mejor época para adentrarse en este museo, el mismo abre todo el año bajo los siguientes horarios:

Todos los días: de 11:00 a 19:00 horas. (Varía en función de la época del año).
Cerrado: 1 de enero, 30 de abril, 25 de diciembre y 26 de diciembre.

A la hora de acceder, podéis tomar las líneas 16 o 24 con parada en Stadhouderskade.

Al salir de Heineken Experience, siempre podéis aprovechar para seguir recorriendo la zona. En un radio de 1 kilómetro no solo os toparéis con la casa de Ana Frank, sino también con la famosa Plaza de los Museos o la animada Leidseplein, quizás el lugar más apropiado al que acudir una vez la parranda de Heineken ha finalizado.

Si queréis vivir una experiencia diferente, el museo de Heineken te ofrece un espacio donde poder acercarte a la historia de tu cerveza favorita y sorprenderte con todo lo que la marca tiene preparado para ti.

¿Te atreves a adentrarte en Heineken Experience?