¿Recordáis la historia de Los Viajes de Gulliver? Pues si viajáis a Holanda quizás os sintáis como aquel personaje que terminaba en la isla de los liliputienses. El motivo no es otro que Madurodam, una ciudad en miniatura englobada dentro de un parque temático en las proximidades de La Haya que hará las delicias de quienes alguna vez quisieron sentirse verdaderos gigantes. ¿Te vienes con nosotros en Madurodam?
Madurodam: vigila tus pies
En el mundo existen lugares muy curiosos, y Holanda es uno de los países que mejor evocan esta genialidad. Uno de ellos, Madurodam, es una ciudad construida a escala 1:25 cerca de La Haya cuyo simpático aspecto procede de un origen quizás no tan idílico.
Madurodam fue concebido en honor a George Maduro, un estudiante de abogacía nacido en Curazao que defendió La Haya de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Tras ser delatado, Maduro fue interceptado por la Gestapo alemana, siendo encerrado en el campo de concentración de Dachau. En febrero de 1945, tres meses antes de la liberación del campo, Maduro falleció a causa tifus.
Un triste final que sus padres trataron de homenajear con la financiación de una ciudad en miniatura que representara los diferentes estilos arquitectónicos y elementos típicos de Holanda. De esta forma, Madurodam sería inaugurado en 1952 y visitado por miles de personas desde su momento de apertura. Su fama adquirió tal dimensión, que incluso ciertos monarcas y políticos se prestaron a ser alcaldes de la ciudad, inaugurando nuevas maquetas y paseándose por sus estrechas callejuelas.
Uno de ellos, la princesa Beatriz de Holanda, fue la alcaldesa más famosa de Madurodam, especialmente porque, llegado el momento en el que se cansó de ser la nueva Gulliver de su país, decidió ceder sus obligaciones diplomáticas a otro subordinado.
Con el paso del tiempo, Madurodam se convertiría en fuente de inspiración para otros lugares similares como Catalunya en Miniatura, el parque en miniatura más grande del mundo ubicado en Torrellas de Llobregat.
Visitando Madurodam
Madurodam es, ante todo, un parque que trata de englobar todos los tópicos y genialidades de la nación holandesa en un mismo lugar.
De hecho, se aprecia una especial influencia de la historia de la Holanda del siglo XVII en parte de sus edificios neo-góticos, los cañones que sobresalen entre las murallas de la réplica de la Corte de los Países Bajos o los primeros cimientos de Nueva Ámsterdam de 1625 antes de convertirse en la ciudad de Nueva York que conocemos todos hoy día.
Edificios, estaciones y parques en miniatura a descubrir con sigilo, apreciando cada uno de los detalles que ofrece, desde las réplicas de los típicos molinos hasta las alfombras de tulipanes minis. También los edificios de la ciudad de Ámsterdam, sus aeropuertos o estaciones de tren.
Madurodam es el lugar idóneo para visitar con niños, ya que el mismo ofrece numerosas opciones para los más pequeños: generar energía eólica por su cuenta, jugar con los trenes o incluso diseñar una figura en miniatura de sí mismos para incluir en esta pequeña ciudad de ensueño.
A la hora de llegar a Madurodam tardaremos 45 minutos desde Ámsterdam y 25 desde Roterdam. Llegaremos a La Haya, donde tomaremos el tranvía número 9 hasta llegar a Madurodam.
El parque abre de 9 de la mañana a 7 de la tarde y los precios de las entradas es 14.50 euros para adultos y gratuitas para los menores de 3 años. No obstante, existen diferentes combinaciones de entrada para toda la familia en la web oficial de Madurodam .
Si, además, aún os queda tiempo para disfrutar de la zona, no podéis perderos una visita a la cercana playa de Scheveningen. Situada a 10 minutos a pie de Madurodam, Scheveningen es una zona costera de La Haya inmortalizada en su momento por Vincent van Gogh donde disfrutaréis de un entorno de ensueño frente al atardecer holandés y sobre la arena blanca.
Una visita imprescindible si visitáis algunas de las ciudades de Holanda y buscáis una jornada diferente en familia.
¿Os animáis a ser los gigantes de la ciudad de Madurodam por un día?