A pesar de la paz que supone un paseo en bicicleta por los canales de Ámsterdam, una gran ciudad siempre incita a buscar lugares de mayor contemplación a los pocos días de estancia. Por ese motivo, estamos seguros de que Volendam, pueblo de pescadores situado a 20 kilómetros al noreste de la capital holandesa hará las delicias de los amantes de la tradición, la tranquilidad y ese encanto marinero que pocos lugares irradian como la costa de Holanda.
Volendam: aromas a mar y tradición
Algunos lugares del mundo no incluyen atracciones turísticas en sí. Y, de hacerlo, estas se ven muchas veces eclipsadas por el propio encanto de ese pueblo o ciudad en los que pasear por sus calles se convierte en una atracción en sí misma. Volendam es uno de esos lugares.
Asomado al Markermeer, un enorme lago artificial salpicado en el corazón de Holanda, Volendam es un pueblo de 20 mil habitantes situado a 20 minutos al noreste de Ámsterdam cuya inclusión en cualquier recorrido de varios días a través de los alrededores la capital holandesa es simplemente obligada. Un lugar encantador que vivió durante cientos de años de la pesca hasta que el turismo convirtiese este y otros pueblos de la zona conocida como Waterland en pintorescos escenarios de recreo.
Se cree que el origen de Volendam se remonta al siglo XIV, concretamente a un año 1357 en que tuvo lugar la construcción por parte de los habitantes del cercano pueblo de Edam de un nuevo canal que facilitaba el acceso hasta Zuiderzee (o Mar del Sur). Tras su construcción, se revitalizaron las actividades comerciales locales, convirtiendo este pueblo en uno de los epicentros pesqueros de Waterland.
Con el paso del tiempo, la proximidad de Volendam a la capital de Ámsterdam comenzó a atraer a los turistas que buscaban deleitarse con esa tradición y tranquilidad que irradian los rincones de esta zona.
Y es que Volendam supone uno de los lugares recomendables a visitar en un mismo día junto con la cercana Edam y la localidad de Marken, situada algo más al sur.
Perderse por las calles de Volendam, Marken y Edam
La estatua de un pescador sentado mirando al mar, las factorías de queso convertidos en pequeños paraísos foodies, las casitas de colores y tejados uniformes entre cuyas calles se escucha el canto de las gaviotas… Volendam supone una amalgama de todos esos tópicos y también sorpresas que representan a un país como Holanda.
Un lugar en el que las atracciones se dividen en típicos autobuses turísticos, en tiendas de zuecos y otras que también ofrecen alquiler de vestuario típico de la zona, ya que durante vuestra visita a Volendam descubriréis que muchos de sus habitantes siguen luciendo los atuendos de la zona con total naturalidad. Como colofón, nada mejor que un rodeo por un paseo marítimo en el que se agolpan los barcos pesqueros mientras el cielo se encapota haciendo falsas promesas.
Volendam es uno de los lugares más recomendables de Holanda a la hora de desconectar del bullicio de Ámsterdam pero, especialmente, enlazarlo con otras localidades cercanas como Edam o Marken. De hecho, muchas visitas guiadas que parten de la capital incluyen esta curiosa «trinidad holandesa» entre sus grandes propuestas.
Marken, situado en un laberinto de canales nacido del río IJsselmeer, era una antigua isla unida al resto de la península por un dique, motivo por el que parte de su estructura quedó hundida por los caprichos del mar. Un pueblo abordable en apenas dos horas y que irradia un encanto peculiar en forma de calles que incitan a perderse entre lugares sinuosos y faros que evocan suspiros de otro tiempo.
A la hora de moverse desde Volendam a Marken por libre podemos optar por la I Amsterdam Card, o bien pagar 9.80 por trayecto de ida y vuelta en un ferry durante 30 minutos.
Al regresar de Marken y volver a Volendam, dejar Edam para el final quizás sea la mejor opción. Una localidad que supone un mini Amsterdam mucho más manejable: canales surcando el centro de la ciudad, un mercado de queso espectacular que tiene lugar todos los miércoles de los meses de julio y agosto, o monumentos como la iglesia de San Nicolás, la cual data de principios del siglo XV.
Tres lugares que caben en un solo día (reservad, al menos, 10 horas para el itinerario) y que podréis realizar de muchas formas: comprando la Waterland Card, de 10 euros, optar por el autobús 316 que parte de la parte trasera de la Estación Central de Ámsterdam, utilizando la I Amsterdam Card, de 18.50 euros por día, o bien contratando una excursión desde la capital, lo cual puede resultar más práctico pero quizás menos apropiado si lo que buscáis es perderos por vuestra cuenta en los secretos costeros de Holanda.
Voledam es uno de los pueblos más bonitos a visitar si os disponéis a pasar unos días en Ámsterdam y el perfecto comienzo de un día a través de otros lugares como Marken y Edam. Pueblosde una «tierra de agua» que supondrán una desconexión total del bullicio urbano de la capital.
¿Te gustaría perderte por las calles pescadoras de Volendam?